A partir del 4 de septiembre de 2025, día de su muerte a los 91 años en Milán, Italia, se inició el proceso de sucesión del icónico diseñador italiano, fundador de una de las marcas de mayor reconocimiento en el mercado de la moda de lujo, en el ámbito internacional.
Junto a su socio y pareja Sergio Galeotti, crearon en 1975, la empresa GIORGIO ARMANI S.p.A. que revolucionó la sastrería clásica y se transformó en un referente de tendencias en indumentaria y accesorios, cumpliendo con un proceso de expansión en todas las regiones del mundo.
Al no tener hijos, ni heredero único públicamente designado, y debido a su precario estado de salud, Giorgio Armani había preparado un plan de sucesión para asegurar la continuidad de su legado. Entre el grupo de personas de su círculo más íntimo y cercano, con mayores posibilidades de asumir el control de la empresa, se encuentran: Leo Dell’Orco, la mano derecha y uno de los sucesores más probables, que conoció a Armani hace más de 45 años y ocupaba la presidencia del consejo de administración del club de baloncesto Olimpia Milano, propiedad de Armani. Junto a él, su hermana Rosanna y su sobrina Roberta Armani también integrarían el directorio de la empresa.
Se calcula que la fortuna de Giorgio Armani, supera los 12 mil millones de dólares, que incluye la red mundial de comercios, inversiones en hotelería y restaurante, bienes raíces y participación en clubes deportivos.
Giorgio Armani nació el 11 de julio de 1934 en Piacenza, Italia. Inicialmente, cursó estudios de medicina, pero los abandonó para trabajar en la moda. Comenzó como escaparatista y vendedor en grandes almacenes en Milán y, más tarde, trabajó como diseñador para la firma Nino Cerruti.
En 1975, fundó su empresa, cuya marca se centró inicialmente en la moda masculina, revolucionando la vestimenta clásica con su famoso "traje desestructurado", que eliminaba las hombreras y forros rígidos para ofrecer una silueta más suave y cómoda.
Con el paso del tiempo, la marca incorporó indumentaria femenina y sumó los rubros calzado, marroquinería, perfumería y accesorios que siguieron el inconfundible estilo de la casa.
La expansión global, a través del éxito de la marca, se disparó en la década de 1980, en gran parte gracias a Hollywood. El icónico vestuario que diseñó para Richard Gere en la película American Gigolo (1980) consolidó su reputación en Estados Unidos y convirtió sus diseños en un símbolo de estatus y elegancia.
A lo largo de su carrera, Armani luchó por mantener la independencia de su empresa, rechazando ofertas de grandes conglomerados de lujo. Su visión era la de una marca coherente y controlada por un único dueño, un principio que defendió hasta el final.