¿Seguirá la tendencia chunky en el próximo invierno?
Se intensifica la investigación y el trabajo estético en función de obtener modelos diferenciados que permitan satisfacer a un consumidor con crecientes requisitos de moda. Hacia él, apuntan diseñadores y marcas, para conquistarlo. Para el próximo Otoño Invierno 2020, dentro de una propuesta signada por la diversidad y confluencia de estilos, el fenómeno sneaker se consolida en la oferta de calzados. El volumen, sin ser exagerado, será el concepto más relevante en los diseños. Sobre todo en suelas y fondos, que presentarán una gran variedad de molduras, colores y texturas. A su vez, correspondidos por capelladas muy complejas y elaboradas con distintos materiales y accesorios. La tendencia del dad, ugly y chunky shoe: zapatos antiguos, feos y fornidos redobla su apuesta dentro de un estilo disruptivo que explora diferentes fuentes de inspiración para conseguir productos únicos e irrepetibles. Así, aparecen los híbridos y restyled con características de originalidad y elegancia. Por lo demás, una infinita gama de botas y botinetas, en alturas medias, con fondos de buen volumen y cortes perfilados a la pierna, prometen acaparar las preferencias. Inspiradas en la típica Chelsea, motoqueras, retro o western, se convierten en indispensables para el próximo invierno.
Los materiales “cálidos” de parabienes. Acabados opacos, lisos y estampados, como gamuzas, nobucks, paños antiguos, terciopelos, corderoy, tartanes, tweeds y textiles diversos serán los más utilizados. El “animal print” estará omnipresente en la mayor parte de las colecciones. El aporte de brillo estará a cargo de charoles, metalizados, glitters y reptiles de cuidada elaboración, a menudo escamados y en duotono. También se observarán superficies con texturas geométricas, florales, decorativas y tridimensionales, con colocación de transfers que suman riqueza visual. Como complemento, se ofrece una amplia variedad de pieles y pelos como corderos, zorros y visones para aplicaciones. Los textiles, mediante un notable desarrollo tecnológico y estético, han logrado aumentar su presencia en la producción de calzados, sobre todo, por su mayor funcionalidad y versatilidad en el uso. Un referente de esta corriente, son las capelladas tejidas que incrementaron exponencialmente su participación. Por otra parte, los materiales bordados y brocateles brindan sugestivos motivos de la tapicería oriental, mientras que los tejidos “tecnológicos” otorgan nuevas alternativas para su uso en calzados. Lonas, lonetas, redes, doble frontura, neoprenes y microfibras, son algunos de ellos. Los llamados “inteligentes” con funciones térmicas, de salubridad y cromáticas, ofrecerán mayor confort para los usuarios.
El uso de nuevos sistemas y materiales más livianos para la fabricación de suelas, ha permitido cumplir con la tendencia y desarrollar un modelaje voluminoso y de bajo peso. La referencia estética son las líneas ugly y chunky, que proponen fondos con múltiples molduras y colores. Si bien su mayor utilización es en sneakers o zapatillas, su influencia se extiende a la totalidad de los segmentos casual, deportivo y de lujo. Así, muchos diseños de suelas tienen un tratamiento estético casi escultórico, que juega con armonizar volúmenes y formas para su mejor destaque. Más allá del estilo mencionado, se ofrecen otras suelas de volumen más sobrias, donde se aplica un criterio minimalista y futurista, con líneas más puras y simples. Los fondos de botinetas y botas mantienen una concepción clásica, aunque suman espesor y perfiles tractorados y dentados, manteniendo el aspecto “heavy” de la tendencia. Las suelas con bandas, por su versatilidad, aumentan su presencia en distintas líneas de productos. Para calzados femeninos altos, además de los tradicionales tacos Luis XV, se ratifica la aparición de modelos más voluminosos, con nuevas formas, acabados y terminaciones. El propósito es agregar valor estético a los tacos mediante originales forros, pinturas y aplicaciones.
La propuesta cromática para la temporada Otoño-Invierno, además del eterno negro, se presenta más receptiva a la incorporación de nuevos tonos intensos y profundos, que le dan un mayor dinamismo y movimiento a la visual cotidiana. La aparición de estampas y motivos en los materiales, genera combinaciones de colores que rompen con las abúlicas superficies lisas y homogéneas. Así, el invierno se muestra más vital y estimulante. En el conjunto de la paleta se advierte la presencia de pigmentaciones rojizas y amarillas sobre tonos clásicos, generando una serie de marrones rojizos, como terracota, bordó o herrumbre. O los castaños, coco y canela. Una fórmula utilizada frecuentemente son las combinaciones de negro, blanco y marrón, muy seguras y efectivas. También los acabados metálicos resaltan a los naranjas, ocres y verdes, junto a los azules índigo, persa y añil, que agregan elegancia a las composiciones. Por el lado de tonos pasteles, los beiges claros y suaves -vainilla y crema- ponen luminosidad a una temporada tradicionalmente oscura. Dentro de la misma corriente, se destacan el gris paloma, durazno, celeste bebé, cielo, rosa claro y lavanda. Quedan para el final los violetas púrpura y orquídea, que junto a los rojos pasionales, suman sensualidad e intensidad.
